Recientemente, he visto estas 10 películas en Netflix que nos permiten abordar distintos valores con nuestros alumnos. Para acceder a las películas, haced clic en el título de cada una de ellas. ¡Espero que os gusten! ¿Cuál añadiríais vosotros?
1. El médico africano: un brillante médico congoleño logra escapar felizmente de la dictadura y se traslada con su familia en un pueblecito francés donde todas sufrirán el choque cultural.
2. El niño que domó el viento: un niño de 13 años se inspira en un libro de ciencias para construir una turbina de viento y salvar de la hambruna a su pueblo en Malawi. Basada en hechos reales.
3. Mala hierba: un estafador de poca monta con un pasado difícil que opera con su madre adoptiva se hace cargo de un grupo de estudiantes problemáticos que lo cambiarán todo.
4. El buen Sam: una curiosa periodista encuentra el amor mientras investiga la historia de un misterioso personaje que deja bolsas de dinero en casas ajenas por toda Nueva York.
5. El indomable Will Hunting: cuando unos profesores del MIT se dan cuenta de que un bedel es un genio de las matemáticas, un terapeuta ayudará al joven a afrontar los demonios que le reprimen.
6. Wonder: un chico con una cara distinta nunca ha ido a la escuela porque lo educaron en casa. Ahora ha llegado el momento de salir ahí fuera y hacer amigos en su nueva clase.
7. Juego de honor: Ken Carter, un entrenador de baloncesto polémico, antepone los estudios al deporte y, dado el bajo rendimiento académico del equipo, suspende los próximos partidos.
8. The bad kids: un grupo de profesores de un instituto en el desierto de Mojave defienden un enfoque poco convencional para ayudar a estudiantes con problemas.
9. Billy Elliot: un chico cambia sus clases de boxeo por las de ballet, pasión que quiere llevar hasta el final, pero su padre no lo ve con buenos ojos.
10. El ascenso: un joven parisino de origen senegalés decide escalar el Everest para impresionar a la mujer que ama.
En 1956 un grupo de pedagogos encabezado por Benjamin Bloom publicó un trabajo al que denominaron“Taxonomía de objetivos educacionales”, en el cual se estableció una jerarquía de conocimientos que cualquier alumno pudiera lograr en las distintas materiaso asignaturas.Dicha taxonomía establece seis niveles con una gradualidad creciente.Cada nivel requiere que el alumno haya alcanzado los niveles anteriores. El equipo de Benjamin Bloom jerarquizaba el ámbito congnitivo de la siguiente forma: Conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación. Aquí podemos verla en una imagen:
Con el transcurrir del tiempo, la taxonomía ha sido objeto de revisiones, entre ellas es preciso señalar la realizada en el año 2001 por parte de Lorin Anderson y David R. Krathwohl antiguos alumnos del propio Bloom para mejorarla y adaptarla a los nuevos tiempos. Sustituyeron los sustantivos por verbos y quedó de la siguiente manera:
¿PARA QUÉ SIRVE LA TAXONOMÍA DE BLOOM?
A continuación te presentamos tres situaciones en las que la taxonomía de Bloom te puede ser de gran utilidad.
La taxonomía de Bloom es útil para redactar objetivos de aprendizaje: un objetivo de aprendizaje es una afirmación que expresa de manera clara lo que el alumno debe demostrar al terminar una etapa o periodo de aprendizaje. Esto como consecuencia de ciertas actividades didácticas, dichas afirmaciones deben ser observables, medibles y evaluables, para redactarlos los docentes pueden apoyarse con los verbos de la taxonomía de Bloom.
¿Cómo redactar objetivos de aprendizaje?
Escribe un verbo en presente subjuntivo (puedes guiarte con la tabla de verbos de la taxonomía de Bloom).
Redacta la acción, ésta debe ir en concordancia con el tema o contenido que vayas a ver en clase.
Indica través de qué, cómo o mediante qué van a realizar la acción.
Finalmente incluye la finalidad o lo que esperas con todo lo anterior.
La taxonomía de Bloom sirve al momento de redactar y diseñar las actividades en una secuencia didáctica: Cuando los docentes planifican, es recomendable que tengan en cuenta los niveles y verbos de la taxonomía de Bloom, asimismo mediante las actividades que diseñen, deben procurar que haya una gradualidad ascendente para que los alumnos avancen de nivel hasta conseguir llegar a los más altos.
¿Cómo redactar correctamente las actividades de aprendizaje en una secuencia didáctica?
Verbo en infinitivo (Qué)
Objeto de conocimiento (Cómo)
Complemento (Con qué)
Condición (Para qué)
La taxonomía de Bloom es de gran utilidad para diseñar los indicadores en los instrumentos de evaluación: Al momento de elegir un instrumento de evaluación suele seguirle la tarea de redactar los indicadores. Para su redacción pueden seguirse los siguientes pasos:
1. Iniciar con un verbo operativo, que sea observable, cuantificable y ejecutable, se sugiere utilizar verbos de la taxonomía de Benjamin Bloom.
Ejemplos de verbos útiles para diseñar indicadores en un instrumento de evaluación: analiza, desarrolla, demuestra, evalúa, construye, defiende, ejerce, sustenta, fundamenta, debate, define, aporta.
2.- Definir el contenido, tema, materia, aspecto sobre el cual se desarrolla la acción del verbo. Ejemplos: las obras teatrales, las figuras geométricas etc;
3.- Definir la calidad o nivel de exigencia en que ese verbo operativo debe ser ejecutado. Ejemplos: con claridad y fluidez, adecuadamente, pertinentemente, con precisión, con dominio, con argumentos, etc;
4.- Describir el contexto en el que se espera la acción, ya sea expresión de conceptos, procedimientos o actitudes. Ejemplos: frente al grupo, en equipo, en colaboración, en el patio escolar, frente a una audiencia, en casa, etc;
5.- Los indicadores deben ir en concordancia con los objetivos de aprendizaje o los aprendizajes esperados.